lunes, 21 de noviembre de 2016

Noticia 1: Conozca la apuesta de la peruana Camposol por la era de los “superfoods”


En la recepción de las oficinas corporativas de Camposol, en Lima, hay una estantería con múltiples conservas. Se trata de pimientos, ajíes, alcachofas, espárragos y otros vegetales envasados por la que es una de las mayores agroindustrias de Perú, y que hoy son los últimos vestigios del que fuera uno de sus principales negocios: la conserva. La empresa agroexportadora, adquirida por la familia peruana Dyer en 2007, ha dicho adiós a este tipo de productos envasados para concentrarse en la venta de productos frescos. “La conserva era un negocio que requería que nos concentráramos en algo que no era nuestro fuerte, que es el alimento fresco”, dice Manuel Salazar, gerente general corporativo de la agroindustrial. La compañía aspira a ser uno de los principales productores de comida saludable.
Salazar explica que el Camposol de hoy es una compañía diferente a la de 2011. Y las principales razones apuntan a su portafolio, gestión comercial y a él mismo, pues con él se abre una nueva etapa en la gerencia general de la empresa, conducida durante ocho años por Samuel Dyer Coriat, actual presidente de la empresa.
Cuando los Dyer compraron Camposol años atrás, el espárrago reinaba en la canasta de la compañía agroexportadora y el producto en conserva representaba el 80% de las ventas. En 2011, la conserva aún suponía la mitad de su facturación, pero la empresa iniciaba la diversificación de su portafolio abriéndose al cultivo de la palta y la uva. Desde entonces los campos de la agroindustrial, que posee un banco de tierras de nada menos que 27.500 ha en Perú, se han ido acercando cada vez más a las nuevas demandas de los hogares europeos y estadounidenses, y han dado la bienvenida al arándano, que apunta a convertirse en su nueva estrella. Sus activos en el negocio de conservas, asimismo, han sido transferidos a Sociedad Agrícola Virú.
El ejecutivo asegura que actualmente el negocio de Camposol está más direccionado a lo que pide su cliente final, que hoy demanda los productos en los que se ha concentrado, fundamentalmente frescos (aunque mantiene los congelados). “En los últimos años hubo un cambio en la forma como hacemos las cosas en Camposol, que ha llevado a buscar ciertos cultivos que eran solicitados por nuestros clientes, y el arándano es uno de ellos”, dice el CEO de la agroindustrial, organizada en tres divisiones: Camposol Fruits and Vegetables, Camposol Seafood y Camposol Trading.
Precisamente este berry y la palta, considerados superfoods por sus propiedades saludables, han presentado un crecimiento sostenido en la demanda mundial en los últimos años, y todo apunta a que la tendencia de crecimiento se mantendrá, según Alejandro Pezúa, catedrático de Agronegocios de ESAN. “Perú además conserva la ventaja de la ventana productiva de exportación de ambos cultivos, donde compite con pocos países en los tiempos de cosecha y exportación durante el año”, dice. Y Camposol sin duda quiere sacar provecho de esta circunstancia favorable para los campos peruanos.
Las condiciones climáticas de Trujillo, donde la compañía tiene parte de sus cultivos, le permite a Camposol, tal y como explica el mismo Manuel Salazar, salir al mercado en cualquier momento del año, sobre todo cuando no lo hacen sus competidores: en palta, EE.UU. y México, y en arándano, de nuevo EE.UU., Chile y Argentina. Así, pues, la empresa produce en lo que Salazar denomina “ventana contracíclica”, un punto a favor que no puede aprovecharse en las conservas, que, por otro lado, tienen un menor valor frente a los productos frescos, e implican mayores costos de producción.

FUENTE: AMÉRICA ECONÓMICA

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